19 sept 2011

somos ganado

4 comentarios:

Carlitos Balá dijo...

Por lo menos en Brasil conservan la capacidad de indignación. Acá, hasta si lo encontraran a Beloved BouDou cargando lingotes de oro en su auto ponele, a nadie le importaría, acusarían de gorila al denunciante y te explicarían que es por el pueblo.

pau dijo...

Tal cual. Ese es el síntoma gravísimo!
gracias por el comentario.

Occam dijo...

Adhiero enfáticamente al comentario de Carlitos Balá.

Ya hace 15 años, cuando tuve oportunidad de trabajar con un diputado, cada representante del pueblo recibía 15 pasajes de avión y 30 de colectivo por mes gratis, sin que importara el lugar de residencia. Un diputado que vive en el interior viaja a Bs. As. máximo 4 veces por mes, o sea, 8 pasajes. Pero muchas veces se queda acá, o falta a alguna sesión de los miércoles. En cuanto a los de colectivo, los repartía con "su" gente local para "hacer política". Los excedentes aéreos, que invariablemente eran entre 7 y 11, los vendía, y lo consideraba una fuente legítima adicional de ingresos. Yo nunca pude viajar a ningún lado con uno de esos pasajes, ni de avión ni de colectivo (ni me atreví a pedirle alguno, por más que viajara para un trabajo encargado por él; pero bueno, a uno lo criaron así de gil).

Hoy día no me imagino cuántos reciben, pero esos "beneficios" son cosas que crecen y crecen en nuestra democracia en proceso de degeneración.

Contrariamente a ese criterio, yo coincido en que a los diputados habría que pagarles los viajes que efectivamente realizan para cumplir sus funciones (es decir, reembolsárselos), porque hay que garantizar la igualdad de trato más allá de la distancia. Y encuanto a la dieta, bueno, yo tengo la idea del servicio público, de la carga antes que el privilegio, de la obligación antes que el derecho, de la responsabilidad antes que los fueros...

Así que aquí me quedaré, oyendo El alegre canto de los pájaros tristes (véase Larralde, José, en youtube).

Un cordial saludo.

pau dijo...

Algo nuevo tendrá que fraguarse para reducir al Leviathan; sin duda nosotros tenemos el privilegio de poder contribuir a un fin tan noble.