La verdad es el grado de aproximación entre la idea de la cosa y la cosa en sí, entre un mapa y el territorio.
La verdad siempre es parcial, información incompleta de un todo inaccesible.
28 comentarios:
Anónimo
dijo...
Claro, eso que dice tú Pau, debe ser aquello de que "la verdad es una relación" (entre la cosa y la idea de la cosa. Definición que a un constructivista lo haría entrar en rabieta). Una especie de viejo Vizcacha o don Zoilo tal vez diría que hay veces en que la verdad es un alchol o un aguardiente que limpia las infecciones de la mentira.
Diría que "la cosa",no existe, y/o, podría negociar, dependiendo de que el oponente verbal o "alumno" no se someta tan dócilmente a su arrogancia epistemológica, y rebajar la apuesta diciendo que no sabemos qué es la cosa, sino que sólo sabemos cómo la vemos ..., y/pero volvería a la carga con que vemos lo que vemos (nuestra observación) y no a "las cosas". De manera que, podría decir algo así como: "mal podemos hablar de una verdad como aproximación o relación entre la idea, nuestra, de la cosas, y la "cosa en sì" (ding an sich, de Kant), si a las cosas en sí -en caso de que existan!- no las podemos percibir".
Yo le diría que no hace falta saber cómo es la cosa en última instancia para pensar en que pueden haber mapas más exactos y mapas menos exactos de ella!
Pau, me encontré con dos constructivistas, que la van de constructivistas radicales. Me pidieron que te postee lo que abajo copy pastié. Yo les dije que decían más o menos lo mismo, pero se sonrieron entre sí con suficiencia y me dijeron que había ciertos matices. Así que les hice el favor (aunque ahora tendrás que leerlos...). Ah, los estilos, negritas y subrayados con que me lo dieron se esfumaron al ponerlos acá, y yo por ahí puse entre guiones o paréntesis alguna que otra aclaración o acotación. Después te pongo una parte de lo que a mí me parece (o lo pongo otro día).
Constructivista (radical, el que le agarraba la rabieta): Justamente, en tu confusión incipiente y contradicción teórica, ¡estás comprendiendo!: Si no hace falta saber cómo es la cosa, entonces tu definición inicial ¡es claro que es inaplicable!. Y repito que es porque no tenés manera alguna de comparar el mapa ni ningún mapa con ninguna cosa que “no hace falta saber cómo es” porque sencillamente no podés saber cómo es la cosa contra la cual compararías los enésimos o infinitos mapas que quisieras comparar. Con lo cual no podés definir entonces si un mapa es más o menos exacto que otro. “La cosa”, en el dudoso caso de que “realmente” “exista” [¿“realmente” “exista”?] nos está vedada, dado que “sólo tenemos mapas” (afirmación –esta respecto de los mapas que podría discutirte más adelante). Esto es obvio. (Por ahora te estoy concediendo misericordiosamente que de hecho exista una cosa...). Con lo cual, repitiéndome con otras palabras, la definición inicial de verdad esbozada ..., “no aplica”, porque compruebas que no tienes acceso a “la cosa en sí” para definir la “aproximación” del mapa a ésta. Y no podés comparar –significativamente- un mapa con otro si no tenés (conocimiento/percepción de) el supuesto territorio que tales mapas remedan. Destaco también que tú mismo tampoco crees en tu primera anticuada, patriarcal, newtoniana, lineal y tradicionalista definición, por cuanto en la misma defensa que quieres hacer de la misma, introduces como argumento la daga que la desangra: en la definición inicial hacías referencia a una relación entre la idea y la cosa [o el mapa (idea) y el territorio (cosa)] y pero en la segunda dejas de lado la noción del objeto y de la “cognoscibilidad” del mismo, y pasas a la noción de tu propio pensamiento (“no hace falta saber como es la cosa ... para pensar que ..."), es decir, que dejas de lado a la cosa y te afincas en que basta con que pienses que pueden haber mapas más exactos que otros. Pero es claro que la elección entre uno u otro mapa, ya no está más supeditada, de acuerdo con lo que dices, a tu conocimiento (mapa/s) de la cosa y a esa comparación con la misma (cosa/territorio) (que queda de lado por mi objeción constructivista y por la falta de convicción de tu defensa), sino que tal elección está supeditada a tu idea de que “podés pensar” que hay mapas menos o más acertados. Pero pensando así, no podés afirmar poseer ningún saber distintivo de la cosa (que habilite a un determinado “mapa” tuyo por sobre otro), sino que en todo caso podrás afirmar tener un saber distintivo ..., pero distintivo de tu pensamiento (aunque pudiendo pifiarla en proporciones no puedo dejar de agregar ahora yo Yerba, el hasta ahora humilde amanuense de estos mensajes ajenos...).
Constructista radical alternativo (o peroxista): "Bueno, veo que vas comprendiendo: de haber comenzado tu definición estableciendo una relación entre la idea de la cosa y la "cosa en sí", vienes a aterrizar en una verdad, que paradójicamente escapa a tu definición al decir, en síntesis, que "puedes pensar que pueden haber mapas más o menos exactos" de la cosa", de lo cual podrás colegir que entiendes también que ¡jamás sabrás! ¡no sólo cómo es esa cosa, sino tampoco cuán "aproximado" a "ella" se encuentra tu "mapa"! Lo que hay es lo que hay, cada uno sabrá... -cuando el tipo me adelantó esta parte verbalmente, trató de poner un "tono misterioso"-. Puedes darte cuenta de que ¡El mismo decir que hay mapas, es señalar a un territorio, pero sólo "tenemos" eso que algunos, tú entre ellos, llaman "mapas", hablar de territorio es una ficción! Ese hablar de un territorio supone siempre la presencia de un observador omnisciente que, “él sí”, “sabe cómo es el territorio”. La verdad en la que has aterrizado, es que estás dando como condición de verdad a tu propio pensamiento, lo que realizas al referirte, a que “no hace falta en última instancia saber cómo es la cosa para pensar en que pueden haber mapas más exactos y mapas menos exactos de ella”. De poner como condición de acceso a la verdad, por así decir, a una presunta “aproximación entre la idea de la cosa y la cosa en sí” pasas a dar como referencia a lo que antes pretendiste referirte ( esa “la ... “verdad” ” ¡Já, já, já!) a un simple “se puede pensar que” ... . En definitiva a un juego de poder de “mi mapa es mejor que tu mapa”, dado que no puedes comparar esos mapas con nada que pueda dirimir su “grado de exactitud”, sino tan sólo el poder retórico para persuadir respecto de uno o de otro. Estás en la antesala del vertiginoso “juego del poder” . Estás comenzando a comprender..., debes asesinar esa noción idealista de “la verdad”, para, cuando termines de aterrizar, desplegar tus alas para aventurarte en el riesgoso y fascinante mundo del juego del poder.
Bueno, hasta acá los constructivistas. Yo agrego que ese modo de “jugar” el “juego del poder” es nauseabundo. Lo que dice este segundo constructivista, tiene bastante del “espíritu” de la cita de “The philosophy of As if”, de Vahinger, en “La estructura de la magia”, así como del extracto de “The magus”, de John Fowles, del mismo libro. Vaihinger dice que todos es sensación, más o menos. (Hay alguna imprecisión en mi recuerdo, pero teniendo fiaca de ir a buscar el libro y releelro, y siendo que tienes el libro, puedes precisar allí lo aquí impreciso. Toma el territorio del libro para evaluar la veracidad de este mapa que te esbozo en tono de pregunta) ¿Recuerdas al joven príncipe que creía en todo le decía el padre, y que se encuentra con un hombre que le dice algo que contradice lo que le dijo/dice el padre, va a ver al padre y se lo enrostra, quien le pregunta cómo estaba vestido, con lo que termina afirmándole (el padre) que en realidad se topó con un mago? La vuelta de rosca del extracto ese es que el padre le confirma que algo de lo que le dice el mago es cierto (o sea que parte de lo que siempre le dijo el padre es mentira, y sobre todo, es cierto que el padre le mintió toda su vida, ¿cómo creerle ahora?). Y el joven le contesta, más o menos, que si nada es cierto, “Entonces, me mataré”, pero resulta que ve a las lejanas, pero irreales islas, y a las bellas, pero irreales princesas (que el padre le había dicho que o existían)”. Entonces el padre le dice al príncipe, “Ya has comenzado a comprender, y empiezas a ser mago” (Algo así). Es todo muy lindo, pero mal usado (como ya se está haciendo) tremendamente manipulador.
Además yo le dije a los tipos que no fueran tan insoportables de ponerse de arriba con eso de “tu contradicción teórica” o eso de la “confusión” o la “patriarcal, newtoniana, lineal” etc, definición, o eso de "te concedo misericordiosamente" o ese franeleo irónico de “veo que vas comprendiendo”, porque el título o subtítulo del blog reza “Nada es tan así”, con lo cual está contemplado por su autor que lo dicho puede estar (y/o está) sujeto a revisión (y sobre todo, o más aún con las primeras definiciones o palabras sobre un tema), y –yo estaba inspirado ese día- les dije que en realidad (les dije “en realidad” para ofuscarlos) ellos mismos no habían sido capaces de darse cuenta de que la movida que estaban haciendo, ya estaba contenida en el subtítulo mismo que había pergeñado aquél al quien tan pomposamente estaban aleccionando. Mucho no les gustó..., aunque se quedaron casi callados. Uno balbuceó algo de que no se ponían por arriba, sino que querían ayudarte a darte cuenta, dado que eso de hablar de una realidad exterior u objetiva era en los hechos un argumento para someter. Pero yo se las hice corta y les dije que más bien primero deberían darse cuenta de que si tan en contra del “sometimiento” están y no quieren terminar en peores verdugueos sometedores tenían que tomar todos los términos de un discurso, subtítulo(s) incluido(s), y no ponerse a la paranoica defensiva de su constructivismo neosolipsista como si aquel a quien eligieron como contrincante estuviera pretendiendo presentarles una verdad inapelable, lo cual ellos tuvieron que imaginar para darle excusas a la explosión de sus rabietas con vestiduras intelectuales. Se lo pensaron un rato y el otro me dijo: “Ah, yo no sabía que era así..., yo pensaba que este blogista estaba queriendo bajar línea...” y bla, bla. Yo no saqué el dedo del renglón y le espeté que “paradójicamente” (porque los constructivistas en sus constructos se la pasan solazándose en paradojas, contradicciones ajenas, y presunta resolución de aporías) y “para su regocijo” -acoté con ironía- los que habían estado bajando línea eran ellos. El dijo que no, no, que los estaba malinterpretando, que evidentemente estaban los tres en lo mismo, porque ellos efectivamente están de acuerdo en que “nada es tan así”.... Yo no seguí con la conversación porque me pareció que los tipos no había entendido nada de nada, ni entenderían nada, porque el “nada es tan así” que ellos quisieron comprender, me parece que es distinto del tuyo... En fin.
Si querés después te cuento cuál es el intríngulis, según algún sabio, de esta cuestión (yo todavía tengo que pasar mis apuntes, y entones profundizar en ellos, pero puedo dar para una escritura por boca/lapicera/teclado de ganso).
La "cosa en sí" existe como idea (mejor dicho, como ideal), con eso me basta. No me interesa hablar de los territorios; jamás hablo de ellos, ni siquiera para contestar en detalle las especulaciones del constructivista rabioso, que de tan radical parece Alfonsín.
Stephen Hawking no necesita tener "certeza de que el cosmos está allí para tomar conciencia de que las verdades parciales de Newton se aproximan menos que las verdades de Einstein a su ideal de la realidad.
El segundo constructivista me resulta más edificante, valga la redundancia, a pesar de lo desconfiado, porque acierta en temer al poder confundidor de la retórica. Pero no estoy de acuerdo con que “no puedes comparar esos mapas con nada que pueda dirimir su ‘grado de exactitud’. A lo mejor él no puede, pero yo comparo mis mapas todo el día con los de los de otros humanos y, más aún, comparo mis mapas entre ellos para mejorarlos en búsqueda de la verdad.
Quizá lo que sucede es que se tiene una idea desmedida de la verdad y por eso se la termina condenando a un significado inútil. En cambio, la idea de verdad tiene gran utilidad si advertimos no es “la verdad”, como escribió el constructivista radical (o peronista), no es una Gran Cosa del Mas Allá como él cree, sino que es un concepto doméstico, del ámbito mental individual y luego en un colectivo social con mapas consonantes, cuyas verdades, claro está, no prueban nada.
Con respecto al juego del poder, creo que es divertido (por qué nauseabundo?); yo lo veo como una cuestión de supervivencia y reproducción: evolutiva, por otra parte inevitable!, así que a atarse los cordones y al ruedo!
Hola Pau, te saludo. Te contesto el porqué de lo "nauseabundo", que lo digo de "ESE modo de "jugar" el "juego del poder", mirá mi respuesta, no lo digo del poder en sí mismo, dentro ciertos "cánones", digamos. La respuesta a tu pregunta me hacer acordar a cuando Bateson decía en referencia al pensamiento "eso me recuerda una historia”. Esta historia debería contestar a tu pregunta:
El otro día le contaba a un amigo mío de algunas técnicas de comunicación (que provienen, en cierta o en total medida de una concepción constructivista). Creo que a su pregunta de para qué servía todo eso, le contesté que por ejemplo podía servir –y de hecho se usa- para ventas: sabiendo cómo la persona “construye” su “mapa” personal, entonces es posible comunicarse con esa persona de tal modo de hacer irresistible aquello que se le quiere vender. Mi amigo se alarmó un tanto, impugnando tal conducta comunicacional. No me acuerdo qué dijo exactamente, pero lo connotó como algo absoluta o indudablemente negativo, inmoral, o sin “ética”, como se dice ahora. Creo que este amigo mío vería también de ese o peor modo otras consecuencias que pueden y de hecho se derivan del “mal uso” de estas técnicas (y del constructivismo derrencado –no sé si hay uno no “derrencado”-), y podrá transmitírtelas mejor que yo -no voy a definir “mal uso”, por cuestiones de espacio, aprovechemos la facilidad milenaria que tenemos los humanos para ponernos de acuerdo en el desacuerdo (respecto de este “entre guiones” vea, si le place, Pequeño Saltamontes, el Metálogo “¿Porqué se revuelven las cosas?”)-. Lo que vió mi amigo es una de las puntas de los motivos (pero en esta caso por ahí el iceberg que se esconde es más del 90% standard de tal punta) por los cuales ese modo de jugar el juego del poder me resulta nauseabundo. Intentaré organizar un encuentro entre ti y este amigo que te comento (espero que si se encuentran, ¡él se acuerde de la cuestión!).
Los que copy/pastié que se arreglen, pero respecto de lo que decís de Hawking, “Eso me recuerda otra historia”. En un encuentro con otros “humanos”, como tú dices, dijo un connotado constructivista al referirse a lo que hacen los ontologistas (los que hacen “ontología”, estudio sobre el “ser”) lo siguiente: Que pretenden “cómo explicar la esencia del mundo. Para tratar de hacer esto, debe postularse un mundo; de otro modo, no habría nada que explicar. Existe, consecuentemente, el peligro de que una ontología se desvíe hacia un realismo ingenuo; hay un mundo allí afuera, independiente de nosotros que podemos o no observarlo. La pregunta: “¿Está la luna allí cuando nadie la mira?” será contestada por los realistas ingenuos (y muy probablemente también por los ontólogos) con un confiado “¡por supuesto!”. Observen nuevamente que esto no dice demasiado de la luna, pero dice algo acerca de los ontólogos”.
Parece ser que lo “ingenuo” es pensar que “hay un mundo allí fuera” lo cual no sé si para este “humano” que cito no queda también en las candilejas de lo sospechoso y punible.
Sin embargo, más cabe decir que es un tremendo arrogante el constructivista y no que es “un ingenuo” el que dice lo que al constructivista le parece un tipo de posmoderno sacrilegio (“hay un mundo allí afuera”) para su nueva posmoderna santurronería. Y digo yo entonces que, tomando incluso el argumento del connotado constructivista, y cambiando “luna” por “cosmos” lo que dice Hawking: “No dice demasiado del cosmos, pero dice algo -y mucho- acerca de Hawking –y del actual “pensamiento científico”-” quien(es) al parecer, digo yo, tiene(n) más certeza de sus propias o ajenas verdades parciales, que la certeza en la existencia de aquello a lo cual tales verdades parciales se refieren. Para decirlo decorosamente: es curioso . . .
La pregunta al radicheta es: ¿por qué le importa tanto si la luna está o no está cuando no la miramos? Yo no diría que es ingenuo dar por hecho que así es. Sí, diría que el constructivista no entendió aún que no podemos hablar de los territorios, no cabe hablar de la luna. Por otra parte, todos los chinos que conozco me aseguran que cuando la luna se va de acá, ellos se encargan de mirarla todo el tiempo para que no desaparezca nunca!
Ya que yo soy un humano como él, es mucho más relevante para mi supervivencia saber acerca de Hawking que sobre la Ley Unificada del Todo. También me es mucho más interesante saber sobre los pobres mapas de la luna hechos por los que la han visto que cersiorarme sobre la remota posibilidad de que el astro desaparezca cada vez!
Finalmente, con respecto a lo de emplear la neurolinguística con fines comerciales, concretamente, para que un vendedor pueda convencer al comprador de que le conviene comprar, creo estar de acuerdo con tu amigo: es inmoral y además un delito de estafa, daño moral y "privación ilegítima de la voluntad". Sería como un hipnotizador delincuente, qué peligro!!
Si el rufián hiciera lo mismo para sorberse una jóven, siempre que esta no fuera menor, quizá no sería un delito, pero seguiría siendo una cretinada, una forma evolucionada de ser garca.
Me gusta la expresión de la última entrada "si el rufián ... sorberse una joven", muy buena (graciosa) la expresión! (aunque impugnalbe lo que denota, de engañar a una doncella) Bueno, por eso, vamos que el juego del poder muy lindo, pero si es el único criterio para la acción y la comunicación, (cualquier mentira, o símil es válida en tanto permita obtener éxito -"El éxito justifica los medios"-)... Y eso pasa con muchos constructivistas/constructivismos. Hasta hubo casos de cámaras ocultas donde deschababan las técnicas de esta gente de estos constructivismos en cursos de desarrollo personal (si bien se los puede acusar de berretas).
"La "cosa en sí" existe como idea (mejor dicho, como ideal), con eso me basta."
Pau, querido!: Yo no sé si será que el constructivista te mareó o si de verdad crees eso. La “cosa en sí”, EXISTE como ENTE, no como idea(l). Puede ser un poco aburrido pero es así. Las ideas e ideales son lo que llamás mapas.
Pero cómo...!, ¿no terminamos de decir que en nuestras conversaciones no hay territorios, si no mapas ...?. ¿Y, entonces cómo vamos a referirnos a ellos si nos los idealizamos...? Capisce?
Hola blogista, soy el que llamás o llaman radicheta, el “primer constructivista”, radical, peronista, Alfonsín, creo que todo eso pusieron, desesperados. Si es una asociación con la política en su sentido propio -lo relativo al poder- es una descripción que me reconoce en lo que soy. Si es una asociación con esos colectivos o personajes, se trata de un craso error, puesto que yo no soy responsable ni de sus hechos ni de sus palabras. El motivo por el que te escribo es porque pese a todo creo en tu posibilidad. Queremos que comprendas. Y tal vez te decidas a hacerlo. Esta vez seré más escueto y paciente y no habrá intermediarios. Citaré tan sólo tu primera y segunda afirmación:
Afirmación 1 La verdad es el grado de aproximación entre la idea de la cosa y la cosa en sí, entre el mapa y el territorio. La verdad siempre es parcial, información incompleta.
Afirmación 2 Yo le diría que no hace falta saber cómo es la cosa en última instancia para pensar en que pueden haber mapas más exactos y mapas menos exactos de ella!
Me tomo la libertad de suponer que si te esmeraste -aunque no demasiado- en dar una definición de verdad, será porque tal definición algo ha de tener que ver con lo que luego llamás “exactitud” respecto de la cosa. Si bien te reconozco que pese a la definición propiamente dicha, reconocer luego la incompletud del conocimiento es un acierto. Pero para que tu definición sirva, tenés que tener acceso al territorio, para compararlo con el mapa. ¡Es tan simple!
Sin embargo abundaré un poco más porque al parecer no lo ves. Tu segunda afirmación niega la primera:
Si la verdad “es un grado de aproximación” idea-cosa, o “mapa”-“territorio”,
ENTONCES CUALQUIER PRE-ESCOLAR SABRÍA QUE para evaluar la exactitud de los mapas,
SÍ HARÁ FALTA SABER CÓMO ES LA COSA (en alguna instancia, última o no) para evaluar, mediante algún tipo de “medición”, ese “grado de aproximación” “mapa-territorio” o “idea-cosa”: mientras más “próximo” esté el mapa a la cosa, más verdadero será. Eso se desprende de tu definición de verdad. ¡Es tan simple!
Ahora si por otro lado decís “no hace falta saber cómo es la cosa” ¿Cómo comparás? ¡Es tan simple!
Lo que con distintos matices te quisimos hacer entender, es que no tenés acceso a eso que llamás “territorio”, y esa comparación es imposible. Desconozco porqué lo desconocés y no lo querés ver. Más en un blog plagado de citas conceptuales del epistemólogo Bateson.
Y más te digo: el problema es la definición de verdad que das. Que das vos, aunque luego más adelante hables de una idea desmedida que te sería ajena. La cual, no se trata de ninguna “definición doméstica” ni meditada, ni de entrecasa, ni casual, es una definición metafísica.
Si no te parece, o contestale otra cosa (no tu pobre Afirmación 2 citada) y QUE TENGA SENTIDO “al constructivista” que el otro metafísico Yerba, queriéndose hacer el listo dice que entraría en rabieta, o cambiá tu definición de verdad (que parece lo único posible). O decime, “este es mi blog, y ¡Yo digo lo que me parece!”, estilo de respuesta que ya conozco. Pero yo te contestaría que tanto “decís lo que te parece” como “decís lo que no te parece”, o, dicho graciosamente, sos o estás bi norma, porque hacés afirmaciones mutuamente excluyentes. Y algo de lo más valioso que tenemos los humanos, son la razón y la palabra. Y sobre todo la palabra. Espero que comprendas (aunque no tanto)
Primero, gracias por la visita y el largo comentario. Segundo, tenés razón: es mi blog y digo lo que quiero (que si tuviera que andar pidiendo permiso a los radicales, no lo haría ni por plata!); pero también vos podés decir lo que quieras (aunque si lo hicieras sin tanta rabieta mataría!, que en eso le diste la razón al Gran Mantis). Tercero, el sentido del humor es imprescindible para disfrutar este blog, ande con cuidado si carece de tal cosa. Cuarto, con respecto a tus preocupaciones, repito que acá sólo hablamos de mapas, pero como nos parece útil concebir la realidad, construimos para ella algo llamado ideal, (lo inventaron los griegos y resulta muy práctico). Así, nos cabe la idea de aproximación entre una idea y una cosa sin tener que dilucidar a fondo si tenemos o no chances de saber algo sobre el Todo, incluso sin la esperanza de saber qué mapa es más verdadero que otro. Nos es suficiente con creer que la Verdad no es una categoría, sino algo que se da en grados. Cuidado, tu trabalenguas te trabaideas!: es más simple de lo que ves: lo cortés no quita lo caliente.
Para terminar una pregunta ¿que es la metafísica?.
Digamos que acabamos de decir que las conversaciones son sobre mapas, aunque "hablamos de nuestras ideas de las cosas", me gusta más. De todos modos lo que te digo es que las cosas, las "cosas en sí", existen en lo que se llaman entes, o como entes. Nosotros podemos hablar de nuestras ideas de las cosas, pero éstas, las cosas, existen. Nuestras ideas, son "entes de razón", tienen un tipo de existencia distinta de la de las cosas o "cosas en sí" (creo que se llama intencional). Lo que digo es que las "cosas en sí" existen como entes. Y las ideas de las cosas, existen como ideas, que tal vez podemos considerar en el mundo mental de Bateson (o tal vez no).
Los superpoderosos me traen a la memoria las palabras del Libro de la Sabiduría 1,3 : "El Poder puesto a prueba redarguye a los necios".
A lo SEGUNDO: Sí. Y agradezco el permiso. Respecto de la “rabieta”, te pido que me indiques cuál fue la “rabieta” en esta mi anterior ponencia, porque a la paciencia comprometida la cumplí, y si no, tené la integridad de señalármelo específicamente.
Y te pregunto para ayudarte: ¿Cómo debería decir lo que diga para que lo escuches? ¿Con “bromitas”, “haciéndome el simpático”? Lo puedo hacer. Vos decíme. ¿Es por mi presunto poco humor que NO CONTESTASTE NADA PERTINENTE RESPECTO DE LO QUE SEÑALÉ? Si te parece, vos dame las pautas. Yo entendí que la verdad te importaba, de cuya búsqueda escribiste algo, aunque tal vez por no habértelo citado, lo olvidaste. ¿Ahora resulta que lo que buscás es el humor? ¿No se te ocurrió que este envío que más o menos contestaste no fue más que una muestra de humor? ¿Cuál es la preocupación por el presunto poco humor de un desconocido?
Te daré para elegir dónde estuvo mi rabieta en lo anterior o decílo vos, si te parece: ¿En que te dije “blogista”? Pues desde ahora, si lo permitís (si callás lo considero permitido), te llamaré por lo que presumo es tu nombre (ahora recuerdo que me contaron que Dale Carnegie en su libro “Cómo ganar amigos e influir en las personas” dice que llamándo por el nombre, se logra cercanía. A mí me parece hipócrita y por eso no acostumbro hacerlo. Pero puedo reverlo, a petición –explícita o implícita-) Asimismo consideraré a partir de ahora terminar mis ponencias con un “Have a nice day!”
¿Estuvo mi “rabieta” en que a vos y al otro los llamé desesperados? ¿Tal vez erré? Tal vez sí, tal vez no. ¿Estuvo mi “rabieta” en que creí en tu posibilidad? ¿En que busco que participes de tu pensamiento (o construcción de “mapas”, para usar tu término) citándote? ¿En que me tomé en serio tus palabras? ¿En que me tomé un tema en serio? ¿En que considero poco el esmero que pusiste en tu definición? ¿En que procuro que razones con tus propios elementos? ¿En que no te dije lisonjas? Si bien reconocí el acierto en tu mención de la incompletud del conocimiento ¿En que marqué tres referencias para resaltar lo que se seguiría de ellas diciendo ¡Es tan simple! (¡Si lo es!)? ¿En que afirmo que “al parecer no lo ves”? ¿En lo que digo de “tu” definición de verdad? ¿En que te pido una RESPUESTA QUE TENGA SENTIDO? ¿En que digo que es pobre tu Afirmación 2?
¿Cómo debería decir lo que diga para que lo escuches?
A lo TERCERO: asumo que no hiciste este blog por payaso, sobre todo respecto de ciertos temas por lo que no veo porqué debiera ser transitado a carcajadas ni golpes de humor. Y asumo eso porque entendí que buscabas la verdad más que el humor, según se colige de alguna de tus respuestas -lo que me parece, digamos, “loable”, correcto, “bien”-. Respecto del cuidado, cuido a la palabra, no al humor. Pero si me advertís que me cuide, extremaré los recaudos, como tal vez ya adviertas.
Si bien, hablando del humor que decís precisarse para navegar tu blog, justamente, lo de estás bi norma, es un chiste que te hice, pero al parecer quien careció de humor para advertirlo fuiste vos mismo. Y alude esa bi norma a que parecés en uno de esos síndromes transcontextuales que parla el otro loro sabihondo (acá tenés otra muestra de humor, ya que “en realidad” supongo que no es un loro -aunque eso parece, porque tampoco entendió nada, pero al parecer no le importa-).
A lo CUARTO: Parece claro que la preocupación debiera estar en vos (¡y así parece ser!) no en mí y para señalarte el porqué, basta con ir al final del punto cuarto: hablabas en tu definición de verdad de aproximación “mapa”-“territorio”, pero ahí salís hablando del “Todo” (¿vos sabés de qué estás hablando, o escribiendo?). Además de lo que te señalé en mi anterior envío de que es para “preocuparte” cómo pasás de la Afirmación 1 y la Afirmación 2 o cómo se integran.
No veo mi trabalenguas ¿Podrías decir cuál es? ¿O es sólo la proyección de tus propias “ideas trabadas” que resaltan tu enorme confusión? Si en una exposición tan clara ves un “trabalenguas trabaideas”, esto es más grave de lo supuesto. El resto daría para largo, si bien destaco que si concebís a un “ideal”, en relación al “tema” de “la verdad” como una “construcción” (¡tibio!) que resulta muy útil y práctica, no hacés más que mostrar esa confusión, por cuanto el concepto de “lo útil” o lo práctico, nada tienen que ver, en lo absoluto, con ninguna “verdad” como aproximación entre “mapa” y “territorio”, ni con ningún “mapa”, ni con ningun “territorio”. Sin embargo considero que lo dicho en mi “posteo” previo ameritaría alguna reflexión al respecto ¿Cómo pasás de la afirmación 1 a la 2 o viceversa? Es claro que no tenés obligación conmigo. No sé cómo lo manejarás con vos mismo.
A la pregunta, ¿Qué es la metafísica? Por ahí si contestaras concretamente a mi anterior posteo en lo que señala, podrías empezar a ver, quizás al principio tan sólo a sospechar, qué es la metafísica.
Nosotros decimos que es en sí un problema de lenguaje (enormes trabalenguas trabaideas, usando tu feliz término pero, como tal vez no podía ser de otra manera, ¡tan mal aplicado!).
Y te repregunto respecto a “la metafísica”: ¡¿Es?!
Finalmente, no veo que debas estar “caliente”, procurando ser cortés para disimularlo. Have a nice day!
El hombre de ciencia sabe que es difícil y hasta tal vez imposible comprobar la verdad. No considera sus opiniones en ningún momento como dogmas inalterables, sino como las más próximas a la verdad de acuerdo con la evidencia disponible hasta entonces. Mis opiniones han sido formuladas siempre dentro de este espíritu. Estoy dispuesto a abandonar cualquiera de ellas, siempre y cuando se me presenten pruebas convincentes que me demuestren su falsedad, pero no estoy dispuesto a modificar ni una sola sólo por miedo a sufrir castigos o por la esperanza de medrar en el mundo.
B RUSSELL
He descubierto que cuanto más trabajo, más suerte tengo.
28 comentarios:
Claro, eso que dice tú Pau, debe ser aquello de que "la verdad es una relación" (entre la cosa y la idea de la cosa. Definición que a un constructivista lo haría entrar en rabieta).
Una especie de viejo Vizcacha o don Zoilo tal vez diría que hay veces en que la verdad es un alchol o un aguardiente que limpia las infecciones de la mentira.
¿qué objeción pondría un constructivista?
Diría que "la cosa",no existe, y/o, podría negociar, dependiendo de que el oponente verbal o "alumno" no se someta tan dócilmente a su arrogancia epistemológica, y rebajar la apuesta diciendo que no sabemos qué es la cosa, sino que sólo sabemos cómo la vemos ..., y/pero volvería a la carga con que vemos lo que vemos (nuestra observación) y no a "las cosas". De manera que, podría decir algo así como: "mal podemos hablar de una verdad como aproximación o relación entre la idea, nuestra, de la cosas, y la "cosa en sì" (ding an sich, de Kant), si a las cosas en sí -en caso de que existan!- no las podemos percibir".
Yo le diría que no hace falta saber cómo es la cosa en última instancia para pensar en que pueden haber mapas más exactos y mapas menos exactos de ella!
Pau, me encontré con dos constructivistas, que la van de constructivistas radicales. Me pidieron que te postee lo que abajo copy pastié. Yo les dije que decían más o menos lo mismo, pero se sonrieron entre sí con suficiencia y me dijeron que había ciertos matices. Así que les hice el favor (aunque ahora tendrás que leerlos...). Ah, los estilos, negritas y subrayados con que me lo dieron se esfumaron al ponerlos acá, y yo por ahí puse entre guiones o paréntesis alguna que otra aclaración o acotación.
Después te pongo una parte de lo que a mí me parece (o lo pongo otro día).
Constructivista (radical, el que le agarraba la rabieta): Justamente, en tu confusión incipiente y contradicción teórica, ¡estás comprendiendo!: Si no hace falta saber cómo es la cosa, entonces tu definición inicial ¡es claro que es inaplicable!. Y repito que es porque no tenés manera alguna de comparar el mapa ni ningún mapa con ninguna cosa que “no hace falta saber cómo es” porque sencillamente no podés saber cómo es la cosa contra la cual compararías los enésimos o infinitos mapas que quisieras comparar. Con lo cual no podés definir entonces si un mapa es más o menos exacto que otro. “La cosa”, en el dudoso caso de que “realmente” “exista” [¿“realmente” “exista”?] nos está vedada, dado que “sólo tenemos mapas” (afirmación –esta respecto de los mapas que podría discutirte más adelante). Esto es obvio. (Por ahora te estoy concediendo misericordiosamente que de hecho exista una cosa...). Con lo cual, repitiéndome con otras palabras, la definición inicial de verdad esbozada ..., “no aplica”, porque compruebas que no tienes acceso a “la cosa en sí” para definir la “aproximación” del mapa a ésta. Y no podés comparar –significativamente- un mapa con otro si no tenés (conocimiento/percepción de) el supuesto territorio que tales mapas remedan.
Destaco también que tú mismo tampoco crees en tu primera anticuada, patriarcal, newtoniana, lineal y tradicionalista definición, por cuanto en la misma defensa que quieres hacer de la misma, introduces como argumento la daga que la desangra: en la definición inicial hacías referencia a una relación entre la idea y la cosa [o el mapa (idea) y el territorio (cosa)] y pero en la segunda dejas de lado la noción del objeto y de la “cognoscibilidad” del mismo, y pasas a la noción de tu propio pensamiento (“no hace falta saber como es la cosa ... para pensar que ..."), es decir, que dejas de lado a la cosa y te afincas en que basta con que pienses que pueden haber mapas más exactos que otros. Pero es claro que la elección entre uno u otro mapa, ya no está más supeditada, de acuerdo con lo que dices, a tu conocimiento (mapa/s) de la cosa y a esa comparación con la misma (cosa/territorio) (que queda de lado por mi objeción constructivista y por la falta de convicción de tu defensa), sino que tal elección está supeditada a tu idea de que “podés pensar” que hay mapas menos o más acertados. Pero pensando así, no podés afirmar poseer ningún saber distintivo de la cosa (que habilite a un determinado “mapa” tuyo por sobre otro), sino que en todo caso podrás afirmar tener un saber distintivo ..., pero distintivo de tu pensamiento (aunque pudiendo pifiarla en proporciones no puedo dejar de agregar ahora yo Yerba, el hasta ahora humilde amanuense de estos mensajes ajenos...).
Constructista radical alternativo (o peroxista): "Bueno, veo que vas comprendiendo: de haber comenzado tu definición estableciendo una relación entre la idea de la cosa y la "cosa en sí", vienes a aterrizar en una verdad, que paradójicamente escapa a tu definición al decir, en síntesis, que "puedes pensar que pueden haber mapas más o menos exactos" de la cosa", de lo cual podrás colegir que entiendes también que ¡jamás sabrás! ¡no sólo cómo es esa cosa, sino tampoco cuán "aproximado" a "ella" se encuentra tu "mapa"! Lo que hay es lo que hay, cada uno sabrá... -cuando el tipo me adelantó esta parte verbalmente, trató de poner un "tono misterioso"-. Puedes darte cuenta de que ¡El mismo decir que hay mapas, es señalar a un territorio, pero sólo "tenemos" eso que algunos, tú entre ellos, llaman "mapas", hablar de territorio es una ficción! Ese hablar de un territorio supone siempre la presencia de un observador omnisciente que, “él sí”, “sabe cómo es el territorio”.
La verdad en la que has aterrizado, es que estás dando como condición de verdad a tu propio pensamiento, lo que realizas al referirte, a que “no hace falta en última instancia saber cómo es la cosa para pensar en que pueden haber mapas más exactos y mapas menos exactos de ella”. De poner como condición de acceso a la verdad, por así decir, a una presunta “aproximación entre la idea de la cosa y la cosa en sí” pasas a dar como referencia a lo que antes pretendiste referirte ( esa “la ... “verdad” ” ¡Já, já, já!) a un simple “se puede pensar que” ... . En definitiva a un juego de poder de “mi mapa es mejor que tu mapa”, dado que no puedes comparar esos mapas con nada que pueda dirimir su “grado de exactitud”, sino tan sólo el poder retórico para persuadir respecto de uno o de otro. Estás en la antesala del vertiginoso “juego del poder” . Estás comenzando a comprender..., debes asesinar esa noción idealista de “la verdad”, para, cuando termines de aterrizar, desplegar tus alas para aventurarte en el riesgoso y fascinante mundo del juego del poder.
Bueno, hasta acá los constructivistas. Yo agrego que ese modo de “jugar” el “juego del poder” es nauseabundo.
Lo que dice este segundo constructivista, tiene bastante del “espíritu” de la cita de “The philosophy of As if”, de Vahinger, en “La estructura de la magia”, así como del extracto de “The magus”, de John Fowles, del mismo libro. Vaihinger dice que todos es sensación, más o menos. (Hay alguna imprecisión en mi recuerdo, pero teniendo fiaca de ir a buscar el libro y releelro, y siendo que tienes el libro, puedes precisar allí lo aquí impreciso. Toma el territorio del libro para evaluar la veracidad de este mapa que te esbozo en tono de pregunta) ¿Recuerdas al joven príncipe que creía en todo le decía el padre, y que se encuentra con un hombre que le dice algo que contradice lo que le dijo/dice el padre, va a ver al padre y se lo enrostra, quien le pregunta cómo estaba vestido, con lo que termina afirmándole (el padre) que en realidad se topó con un mago? La vuelta de rosca del extracto ese es que el padre le confirma que algo de lo que le dice el mago es cierto (o sea que parte de lo que siempre le dijo el padre es mentira, y sobre todo, es cierto que el padre le mintió toda su vida, ¿cómo creerle ahora?). Y el joven le contesta, más o menos, que si nada es cierto, “Entonces, me mataré”, pero resulta que ve a las lejanas, pero irreales islas, y a las bellas, pero irreales princesas (que el padre le había dicho que o existían)”. Entonces el padre le dice al príncipe, “Ya has comenzado a comprender, y empiezas a ser mago” (Algo así).
Es todo muy lindo, pero mal usado (como ya se está haciendo) tremendamente manipulador.
Además yo le dije a los tipos que no fueran tan insoportables de ponerse de arriba con eso de “tu contradicción teórica” o eso de la “confusión” o la “patriarcal, newtoniana, lineal” etc, definición, o eso de "te concedo misericordiosamente" o ese franeleo irónico de “veo que vas comprendiendo”, porque el título o subtítulo del blog reza “Nada es tan así”, con lo cual está contemplado por su autor que lo dicho puede estar (y/o está) sujeto a revisión (y sobre todo, o más aún con las primeras definiciones o palabras sobre un tema), y –yo estaba inspirado ese día- les dije que en realidad (les dije “en realidad” para ofuscarlos) ellos mismos no habían sido capaces de darse cuenta de que la movida que estaban haciendo, ya estaba contenida en el subtítulo mismo que había pergeñado aquél al quien tan pomposamente estaban aleccionando. Mucho no les gustó..., aunque se quedaron casi callados. Uno balbuceó algo de que no se ponían por arriba, sino que querían ayudarte a darte cuenta, dado que eso de hablar de una realidad exterior u objetiva era en los hechos un argumento para someter. Pero yo se las hice corta y les dije que más bien primero deberían darse cuenta de que si tan en contra del “sometimiento” están y no quieren terminar en peores verdugueos sometedores tenían que tomar todos los términos de un discurso, subtítulo(s) incluido(s), y no ponerse a la paranoica defensiva de su constructivismo neosolipsista como si aquel a quien eligieron como contrincante estuviera pretendiendo presentarles una verdad inapelable, lo cual ellos tuvieron que imaginar para darle excusas a la explosión de sus rabietas con vestiduras intelectuales. Se lo pensaron un rato y el otro me dijo: “Ah, yo no sabía que era así..., yo pensaba que este blogista estaba queriendo bajar línea...” y bla, bla. Yo no saqué el dedo del renglón y le espeté que “paradójicamente” (porque los constructivistas en sus constructos se la pasan solazándose en paradojas, contradicciones ajenas, y presunta resolución de aporías) y “para su regocijo” -acoté con ironía- los que habían estado bajando línea eran ellos. El dijo que no, no, que los estaba malinterpretando, que evidentemente estaban los tres en lo mismo, porque ellos efectivamente están de acuerdo en que “nada es tan así”.... Yo no seguí con la conversación porque me pareció que los tipos no había entendido nada de nada, ni entenderían nada, porque el “nada es tan así” que ellos quisieron comprender, me parece que es distinto del tuyo... En fin.
Si querés después te cuento cuál es el intríngulis, según algún sabio, de esta cuestión (yo todavía tengo que pasar mis apuntes, y entones profundizar en ellos, pero puedo dar para una escritura por boca/lapicera/teclado de ganso).
Salud
Gran Mantis: no puedo publicar mi respuesta! me dice void(0). ¿estará tan mal? Intento mañana.
La "cosa en sí" existe como idea (mejor dicho, como ideal), con eso me basta.
No me interesa hablar de los territorios; jamás hablo de ellos, ni siquiera para contestar en detalle las especulaciones del constructivista rabioso, que de tan radical parece Alfonsín.
Stephen Hawking no necesita tener "certeza de que el cosmos está allí para tomar conciencia de que las verdades parciales de Newton se aproximan menos que las verdades de Einstein a su ideal de la realidad.
El segundo constructivista me resulta más edificante, valga la redundancia, a pesar de lo desconfiado, porque acierta en temer al poder confundidor de la retórica. Pero no estoy de acuerdo con que “no puedes comparar esos mapas con nada que pueda dirimir su ‘grado de exactitud’. A lo mejor él no puede, pero yo comparo mis mapas todo el día con los de los de otros humanos y, más aún, comparo mis mapas entre ellos para mejorarlos en búsqueda de la verdad.
Quizá lo que sucede es que se tiene una idea desmedida de la verdad y por eso se la termina condenando a un significado inútil. En cambio, la idea de verdad tiene gran utilidad si advertimos no es “la verdad”, como escribió el constructivista radical (o peronista), no es una Gran Cosa del Mas Allá como él cree, sino que es un concepto doméstico, del ámbito mental individual y luego en un colectivo social con mapas consonantes, cuyas verdades, claro está, no prueban nada.
Con respecto al juego del poder, creo que es divertido (por qué nauseabundo?); yo lo veo como una cuestión de supervivencia y reproducción: evolutiva, por otra parte inevitable!, así que a atarse los cordones y al ruedo!
El intríngulis no lo copié!!
S21b
Hola Pau, te saludo. Te contesto el porqué de lo "nauseabundo", que lo digo de "ESE modo de "jugar" el "juego del poder", mirá mi respuesta, no lo digo del poder en sí mismo, dentro ciertos "cánones", digamos. La respuesta a tu pregunta me hacer acordar a cuando Bateson decía en referencia al pensamiento "eso me recuerda una historia”. Esta historia debería contestar a tu pregunta:
El otro día le contaba a un amigo mío de algunas técnicas de comunicación (que provienen, en cierta o en total medida de una concepción constructivista). Creo que a su pregunta de para qué servía todo eso, le contesté que por ejemplo podía servir –y de hecho se usa- para ventas: sabiendo cómo la persona “construye” su “mapa” personal, entonces es posible comunicarse con esa persona de tal modo de hacer irresistible aquello que se le quiere vender. Mi amigo se alarmó un tanto, impugnando tal conducta comunicacional. No me acuerdo qué dijo exactamente, pero lo connotó como algo absoluta o indudablemente negativo, inmoral, o sin “ética”, como se dice ahora. Creo que este amigo mío vería también de ese o peor modo otras consecuencias que pueden y de hecho se derivan del “mal uso” de estas técnicas (y del constructivismo derrencado –no sé si hay uno no “derrencado”-), y podrá transmitírtelas mejor que yo -no voy a definir “mal uso”, por cuestiones de espacio, aprovechemos la facilidad milenaria que tenemos los humanos para ponernos de acuerdo en el desacuerdo (respecto de este “entre guiones” vea, si le place, Pequeño Saltamontes, el Metálogo “¿Porqué se revuelven las cosas?”)-.
Lo que vió mi amigo es una de las puntas de los motivos (pero en esta caso por ahí el iceberg que se esconde es más del 90% standard de tal punta) por los cuales ese modo de jugar el juego del poder me resulta nauseabundo. Intentaré organizar un encuentro entre ti y este amigo que te comento (espero que si se encuentran, ¡él se acuerde de la cuestión!).
Los que copy/pastié que se arreglen, pero respecto de lo que decís de Hawking, “Eso me recuerda otra historia”.
En un encuentro con otros “humanos”, como tú dices, dijo un connotado constructivista al referirse a lo que hacen los ontologistas (los que hacen “ontología”, estudio sobre el “ser”) lo siguiente: Que pretenden “cómo explicar la esencia del mundo. Para tratar de hacer esto, debe postularse un mundo; de otro modo, no habría nada que explicar. Existe, consecuentemente, el peligro de que una ontología se desvíe hacia un realismo ingenuo; hay un mundo allí afuera, independiente de nosotros que podemos o no observarlo. La pregunta: “¿Está la luna allí cuando nadie la mira?” será contestada por los realistas ingenuos (y muy probablemente también por los ontólogos) con un confiado “¡por supuesto!”. Observen nuevamente que esto no dice demasiado de la luna, pero dice algo acerca de los ontólogos”.
Parece ser que lo “ingenuo” es pensar que “hay un mundo allí fuera” lo cual no sé si para este “humano” que cito no queda también en las candilejas de lo sospechoso y punible.
Sin embargo, más cabe decir que es un tremendo arrogante el constructivista y no que es “un ingenuo” el que dice lo que al constructivista le parece un tipo de posmoderno sacrilegio (“hay un mundo allí afuera”) para su nueva posmoderna santurronería.
Y digo yo entonces que, tomando incluso el argumento del connotado constructivista, y cambiando “luna” por “cosmos” lo que dice Hawking:
“No dice demasiado del cosmos, pero dice algo -y mucho- acerca de Hawking –y del actual “pensamiento científico”-”
quien(es) al parecer, digo yo, tiene(n) más certeza de sus propias o ajenas verdades parciales, que la certeza en la existencia de aquello a lo cual tales verdades parciales se refieren. Para decirlo decorosamente: es curioso . . .
La pregunta al radicheta es: ¿por qué le importa tanto si la luna está o no está cuando no la miramos?
Yo no diría que es ingenuo dar por hecho que así es.
Sí, diría que el constructivista no entendió aún que no podemos hablar de los territorios, no cabe hablar de la luna.
Por otra parte, todos los chinos que conozco me aseguran que cuando la luna se va de acá, ellos se encargan de mirarla todo el tiempo para que no desaparezca nunca!
Ya que yo soy un humano como él, es mucho más relevante para mi supervivencia saber acerca de Hawking que sobre la Ley Unificada del Todo.
También me es mucho más interesante saber sobre los pobres mapas de la luna hechos por los que la han visto que cersiorarme sobre la remota posibilidad de que el astro desaparezca cada vez!
Finalmente, con respecto a lo de emplear la neurolinguística con fines comerciales, concretamente, para que un vendedor pueda convencer al comprador de que le conviene comprar, creo estar de acuerdo con tu amigo: es inmoral y además un delito de estafa, daño moral y "privación ilegítima de la voluntad". Sería como un hipnotizador delincuente, qué peligro!!
Si el rufián hiciera lo mismo para sorberse una jóven, siempre que esta no fuera menor, quizá no sería un delito, pero seguiría siendo una cretinada, una forma evolucionada de ser garca.
Me gusta la expresión de la última entrada "si el rufián ... sorberse una joven", muy buena (graciosa) la expresión! (aunque impugnalbe lo que denota, de engañar a una doncella)
Bueno, por eso, vamos que el juego del poder muy lindo, pero si es el único criterio para la acción y la comunicación, (cualquier mentira, o símil es válida en tanto permita obtener éxito -"El éxito justifica los medios"-)... Y eso pasa con muchos constructivistas/constructivismos. Hasta hubo casos de cámaras ocultas donde deschababan las técnicas de esta gente de estos constructivismos en cursos de desarrollo personal (si bien se los puede acusar de berretas).
"La "cosa en sí" existe como idea (mejor dicho, como ideal), con eso me basta."
Pau, querido!:
Yo no sé si será que el constructivista te mareó o si de verdad crees eso.
La “cosa en sí”, EXISTE como ENTE, no como idea(l). Puede ser un poco aburrido pero es así. Las ideas e ideales son lo que llamás mapas.
Pero cómo...!, ¿no terminamos de decir que en nuestras conversaciones no hay territorios, si no mapas ...?.
¿Y, entonces cómo vamos a referirnos a ellos si nos los idealizamos...?
Capisce?
Hola blogista, soy el que llamás o llaman radicheta, el “primer constructivista”, radical, peronista, Alfonsín, creo que todo eso pusieron, desesperados. Si es una asociación con la política en su sentido propio -lo relativo al poder- es una descripción que me reconoce en lo que soy. Si es una asociación con esos colectivos o personajes, se trata de un craso error, puesto que yo no soy responsable ni de sus hechos ni de sus palabras.
El motivo por el que te escribo es porque pese a todo creo en tu posibilidad.
Queremos que comprendas. Y tal vez te decidas a hacerlo.
Esta vez seré más escueto y paciente y no habrá intermediarios.
Citaré tan sólo tu primera y segunda afirmación:
Afirmación 1
La verdad es el grado de aproximación entre la idea de la cosa y la cosa en sí, entre el mapa y el territorio.
La verdad siempre es parcial, información incompleta.
Afirmación 2
Yo le diría que no hace falta saber cómo es la cosa en última instancia para pensar en que pueden haber mapas más exactos y mapas menos exactos de ella!
Me tomo la libertad de suponer que si te esmeraste -aunque no demasiado- en dar una definición de verdad, será porque tal definición algo ha de tener que ver con lo que luego llamás “exactitud” respecto de la cosa. Si bien te reconozco que pese a la definición propiamente dicha, reconocer luego la incompletud del conocimiento es un acierto.
Pero para que tu definición sirva, tenés que tener acceso al territorio, para compararlo con el mapa.
¡Es tan simple!
Sin embargo abundaré un poco más porque al parecer no lo ves.
Tu segunda afirmación niega la primera:
Si la verdad “es un grado de aproximación” idea-cosa, o “mapa”-“territorio”,
ENTONCES CUALQUIER PRE-ESCOLAR SABRÍA QUE
para evaluar la exactitud de los mapas,
SÍ HARÁ FALTA SABER CÓMO ES LA COSA (en alguna instancia, última o no)
para evaluar, mediante algún tipo de “medición”, ese “grado de aproximación” “mapa-territorio” o “idea-cosa”: mientras más “próximo” esté el mapa a la cosa, más verdadero será.
Eso se desprende de tu definición de verdad.
¡Es tan simple!
Ahora si por otro lado decís “no hace falta saber cómo es la cosa” ¿Cómo comparás?
¡Es tan simple!
Lo que con distintos matices te quisimos hacer entender, es que no tenés acceso a eso que llamás “territorio”, y esa comparación es imposible. Desconozco porqué lo desconocés y no lo querés ver. Más en un blog plagado de citas conceptuales del epistemólogo Bateson.
Y más te digo: el problema es la definición de verdad que das. Que das vos, aunque luego más adelante hables de una idea desmedida que te sería ajena. La cual, no se trata de ninguna “definición doméstica” ni meditada, ni de entrecasa, ni casual, es una definición metafísica.
Si no te parece, o contestale otra cosa (no tu pobre Afirmación 2 citada) y QUE TENGA SENTIDO “al constructivista” que el otro metafísico Yerba, queriéndose hacer el listo dice que entraría en rabieta, o cambiá tu definición de verdad (que parece lo único posible).
O decime, “este es mi blog, y ¡Yo digo lo que me parece!”, estilo de respuesta que ya conozco.
Pero yo te contestaría que tanto “decís lo que te parece” como “decís lo que no te parece”, o, dicho graciosamente, sos o estás bi norma, porque hacés afirmaciones mutuamente excluyentes.
Y algo de lo más valioso que tenemos los humanos, son la razón y la palabra. Y sobre todo la palabra.
Espero que comprendas (aunque no tanto)
Mr, The Builder,
Primero, gracias por la visita y el largo comentario.
Segundo, tenés razón: es mi blog y digo lo que quiero (que si tuviera que andar pidiendo permiso a los radicales, no lo haría ni por plata!); pero también vos podés decir lo que quieras (aunque si lo hicieras sin tanta rabieta mataría!, que en eso le diste la razón al Gran Mantis).
Tercero, el sentido del humor es imprescindible para disfrutar este blog, ande con cuidado si carece de tal cosa.
Cuarto, con respecto a tus preocupaciones, repito que acá sólo hablamos de mapas, pero como nos parece útil concebir la realidad, construimos para ella algo llamado ideal, (lo inventaron los griegos y resulta muy práctico). Así, nos cabe la idea de aproximación entre una idea y una cosa sin tener que dilucidar a fondo si tenemos o no chances de saber algo sobre el Todo, incluso sin la esperanza de saber qué mapa es más verdadero que otro. Nos es suficiente con creer que la Verdad no es una categoría, sino algo que se da en grados.
Cuidado, tu trabalenguas te trabaideas!: es más simple de lo que ves: lo cortés no quita lo caliente.
Para terminar una pregunta ¿que es la metafísica?.
Digamos que acabamos de decir que las conversaciones son sobre mapas, aunque "hablamos de nuestras ideas de las cosas", me gusta más.
De todos modos lo que te digo es que las cosas, las "cosas en sí", existen en lo que se llaman entes, o como entes. Nosotros podemos hablar de nuestras ideas de las cosas, pero éstas, las cosas, existen. Nuestras ideas, son "entes de razón", tienen un tipo de existencia distinta de la de las cosas o "cosas en sí" (creo que se llama intencional).
Lo que digo es que las "cosas en sí" existen como entes.
Y las ideas de las cosas, existen como ideas, que tal vez podemos considerar en el mundo mental de Bateson (o tal vez no).
Los superpoderosos me traen a la memoria las palabras del Libro de la Sabiduría 1,3 : "El Poder puesto a prueba redarguye a los necios".
Salutes
Gran Mantis, ¿puede pedírsete que no seas tan Religiosa?.
¿Who cares a fuck about 'things' (when there are millions eager to pay for cheap ilutions)?
Ta?, no more 'things' or 'entes' here; OK?. This is Dreamland.
"You are taking steps that make you feel dizzy,
and then you learn to like the way it feels...!"
"Gone" - Album: Pop - U 2
Me escucho ese disco entero cada tanto, está bárbaro y encima es entretenido!
A lo PRIMERO:
Te agradezco el agradecimiento.
A lo SEGUNDO: Sí. Y agradezco el permiso.
Respecto de la “rabieta”, te pido que me indiques cuál fue la “rabieta” en esta mi anterior ponencia, porque a la paciencia comprometida la cumplí, y si no, tené la integridad de señalármelo específicamente.
Y te pregunto para ayudarte:
¿Cómo debería decir lo que diga para que lo escuches?
¿Con “bromitas”, “haciéndome el simpático”? Lo puedo hacer. Vos decíme.
¿Es por mi presunto poco humor que NO CONTESTASTE NADA PERTINENTE RESPECTO DE LO QUE SEÑALÉ?
Si te parece, vos dame las pautas.
Yo entendí que la verdad te importaba, de cuya búsqueda escribiste algo, aunque tal vez por no habértelo citado, lo olvidaste. ¿Ahora resulta que lo que buscás es el humor?
¿No se te ocurrió que este envío que más o menos contestaste no fue más que una muestra de humor? ¿Cuál es la preocupación por el presunto poco humor de un desconocido?
Te daré para elegir dónde estuvo mi rabieta en lo anterior o decílo vos, si te parece:
¿En que te dije “blogista”?
Pues desde ahora, si lo permitís (si callás lo considero permitido), te llamaré por lo que presumo es tu nombre (ahora recuerdo que me contaron que Dale Carnegie en su libro “Cómo ganar amigos e influir en las personas” dice que llamándo por el nombre, se logra cercanía. A mí me parece hipócrita y por eso no acostumbro hacerlo. Pero puedo reverlo, a petición –explícita o implícita-) Asimismo consideraré a partir de ahora terminar mis ponencias con un “Have a nice day!”
¿Estuvo mi “rabieta” en que a vos y al otro los llamé desesperados?
¿Tal vez erré? Tal vez sí, tal vez no.
¿Estuvo mi “rabieta” en que creí en tu posibilidad?
¿En que busco que participes de tu pensamiento (o construcción de “mapas”, para usar tu término) citándote?
¿En que me tomé en serio tus palabras?
¿En que me tomé un tema en serio?
¿En que considero poco el esmero que pusiste en tu definición?
¿En que procuro que razones con tus propios elementos?
¿En que no te dije lisonjas? Si bien reconocí el acierto en tu mención de la incompletud del conocimiento
¿En que marqué tres referencias para resaltar lo que se seguiría de ellas diciendo ¡Es tan simple! (¡Si lo es!)?
¿En que afirmo que “al parecer no lo ves”?
¿En lo que digo de “tu” definición de verdad?
¿En que te pido una RESPUESTA QUE TENGA SENTIDO?
¿En que digo que es pobre tu Afirmación 2?
¿Cómo debería decir lo que diga para que lo escuches?
A lo TERCERO: asumo que no hiciste este blog por payaso, sobre todo respecto de ciertos temas por lo que no veo porqué debiera ser transitado a carcajadas ni golpes de humor. Y asumo eso porque entendí que buscabas la verdad más que el humor, según se colige de alguna de tus respuestas -lo que me parece, digamos, “loable”, correcto, “bien”-. Respecto del cuidado, cuido a la palabra, no al humor. Pero si me advertís que me cuide, extremaré los recaudos, como tal vez ya adviertas.
Si bien, hablando del humor que decís precisarse para navegar tu blog, justamente, lo de estás bi norma, es un chiste que te hice, pero al parecer quien careció de humor para advertirlo fuiste vos mismo. Y alude esa bi norma a que parecés en uno de esos síndromes transcontextuales que parla el otro loro sabihondo (acá tenés otra muestra de humor, ya que “en realidad” supongo que no es un loro -aunque eso parece, porque tampoco entendió nada, pero al parecer no le importa-).
A lo CUARTO:
Parece claro que la preocupación debiera estar en vos (¡y así parece ser!) no en mí y para señalarte el porqué, basta con ir al final del punto cuarto: hablabas en tu definición de verdad de aproximación “mapa”-“territorio”, pero ahí salís hablando del “Todo” (¿vos sabés de qué estás hablando, o escribiendo?). Además de lo que te señalé en mi anterior envío de que es para “preocuparte” cómo pasás de la Afirmación 1 y la Afirmación 2 o cómo se integran.
No veo mi trabalenguas ¿Podrías decir cuál es?
¿O es sólo la proyección de tus propias “ideas trabadas” que resaltan tu enorme confusión?
Si en una exposición tan clara ves un “trabalenguas trabaideas”, esto es más grave de lo supuesto.
El resto daría para largo, si bien destaco que si concebís a un “ideal”, en relación al “tema” de “la verdad” como una “construcción” (¡tibio!) que resulta muy útil y práctica, no hacés más que mostrar esa confusión, por cuanto el concepto de “lo útil” o lo práctico, nada tienen que ver, en lo absoluto, con ninguna “verdad” como aproximación entre “mapa” y “territorio”, ni con ningún “mapa”, ni con ningun “territorio”.
Sin embargo considero que lo dicho en mi “posteo” previo ameritaría alguna reflexión al respecto ¿Cómo pasás de la afirmación 1 a la 2 o viceversa?
Es claro que no tenés obligación conmigo. No sé cómo lo manejarás con vos mismo.
A la pregunta, ¿Qué es la metafísica?
Por ahí si contestaras concretamente a mi anterior posteo en lo que señala, podrías empezar a ver, quizás al principio tan sólo a sospechar, qué es la metafísica.
Nosotros decimos que es en sí un problema de lenguaje (enormes trabalenguas trabaideas, usando tu feliz término pero, como tal vez no podía ser de otra manera, ¡tan mal aplicado!).
Y te repregunto respecto a “la metafísica”: ¡¿Es?!
Finalmente, no veo que debas estar “caliente”, procurando ser cortés para disimularlo.
Have a nice day!
Probablemente sigamos procurando ayudarte.
Me vuelvo loco me vuelvo si te tengo que decir!
Dejame pensar, a ver...!
¿Copiaste el intríngulis...? Salutes
Creo
¡JAQUE MATE!
Publicar un comentario