23 abr 2008

Bompland



Aimé Bompland fue el primer científico moderno en estudiar la yerba, su cultivo y producción.
Amante del mate, vivió la mitad de su vida en la tierra colorada, donde crece el Ilex Paraguariensis; francés, refinado e inteligente, se identificó hasta la médula con la forma de ser, el ñande recó del litoral. Su legado "quedó librado al torbellino de acontecimientos que sucedió a 1810" llamado la Argentina, un país que redescubrió el secreto de la germinación de la semilla de caá, "la planta" guaraní, recién un siglo más tarde que él lo hiciera en 1817.

Bompland, que había estado reunido con el mismísimo Napoleón Bonaparte en sus últimas horas como Emperador, comprometió su vida en los conflictos de nuestra región a la que adoptó como propia. Cuatro años permaneció aburrido en Buenos Aires sin que el gobierno le diera respuestas sobre el proyecto que lo había traido a estas playas de barro: fundar el primer jardín botánico de Sudamérica. Luego se aventuró a las Misiones para caer prisionero del Dictador Supremo del Paraguay por nueve años. Luego quiso instalarse en el Brasil pero huyó horrorizado de los brutales fazendados. Finalmente, fue esquilmado y arruinado por las fuerzas de Rosas y Urquiza después de la batalla de Pago Largo, por colaborar con sus archienemigos: los correntinos. Se casó dos veces en América; tuvo dos hijos en Paraguay y dos en Corrientes.

Durante todo ese tiempo siguió clasificando plantas y remitiendo sus trabajos a la Academia de Ciencias de París de forma infatigable, continuando así con una colosal obra de catalogación botánica que había comenzado en una famosísíma expedición al Orinoco que hiciera con su entrañable amigo Alexander von Humboldt durante el cambio de siglo.

Imagen: Boceto para retrato homenaje, hecho por un servidor con collage de grabados antiguos para el Proyecto editorial Caá Porã, el espíritu de la Yerba Mate.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

miro la cara de bonpland, ese rictus en la boca, esa mirada frontal, quizás resignada, angustiada, caprichosa, tal vez arrogante; esa mirada proveniente de un hombre considerado en su época como el arquetipo del "optimista universal" y que en el dibujo transmite una especie de fuerza persistente, una cierta resistencia, como si anunciara en silencio su consentimiento y su alianza con la vida, con esa vida tan rara que le tocó vivir. pienso en bonpland, y me acuerdo ese extraño y tenebroso episodio post-mortem....

que poquito que escribiste de nuestro amado aimé!!!!!!!!!

et pour quoi?

pau dijo...

Poquito a poco

Ay Rocío... dijo...

Entonces te habrá gustado de que uno de los temas de las comparsas correntinas haya sido Amado Bonpland, y que encima haya ganado con ese tema.
Te cuento que todos los sábados lo visito al museo, ya que las reuniones de mi club se hacen en el Museo Amado Bonpland.
Siempre presente!

pau dijo...

Rocío: no había visto antes tu comentario. Gracias por pasar!
No me imagino cómo tematizaron una comparsa con Bompland!!, contame ¿qué hicieron?.
Me llamaron del Museo Nacional de Ciencias Naturales para colaborar porque están haciendo una exposición y una publicación en homenaje a los 200 años de su nacimiento. Yo les recomendé que tomen contacto con el Museo Bompland de Corrientes. ¿Tenés allí algún contacto posta, para que no caigan en la burrocracia?
S2

Ay Rocío... dijo...

Creo que si podría hablar, yo no tengo contacto, pero el que nos consiguio el lugar del museo es uno de nuestro patrocinadores. Pertenezco al Rotaract Club Corrientes, y un rotario nos consiguio.
Hablando sobre el Museo de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia, el miércoles estaré por ahí buscando unos fósiles :)
Saludos!

pau dijo...

Tengo un amigo que trabaja allí! hace las maquetas de los dinosaurios.

Ay Rocío... dijo...

Que genialidad! pero lo mío son las plantas y troncos fósiles... bah no tanto lo mío, soy de otra rama, pero en mi laburo esta eso.

pau dijo...

En Brasil,en "as Missões", cerca de San Borja, hay un montón de troncos fósiles en un campo al costado del camino. Cualquiera pasa y se lleva un cacho, se ve que hay mucho.